jueves, 24 de mayo de 2018

Más factores que influyen en el clima - More factors that influence the climate

No debemos sorprendernos de que el clima dependa en algunos aspectos del exterior. El más claro es el Sol, sin desdeñar la Luna, que actúa sobre las aguas de nuestros mares y océanos con su correspondiente influencia en las corrientes marinas, en su temperatura y por lo tanto sobre el clima. Recientemente se ha comprobado que tanto Venus como el “gran protector” Júpiter afectan al clima terrestre al ejercer su fuerza para “deformar” la órbita de nuestro planeta. En otros estudios no sería extraño que comprobásemos que también el resto de planetas lo hagan en menor grado. 
La deformación que sufre desde el inicio el planeta se manifiesta cíclicamente cada 405.000 años, según los últimos datos publicados por Dennis V. Kent (Rutgers University) en “Proceedings of the National Academy of Sciences”. Milutin Milankovitch los estudió en los años 20 del siglo pasado, y se les conoce por ello como ciclos Milankovitch, que afectan profundamente al clima y son los causantes de los periodos glaciales e interglaciares que ha tenido nuestro planeta, y dice que la radiación solar y los cambios que en nuestro Sol se producen cada 11 años influyen menos en la variación del clima que los cambios de órbitas. 
Nuestro planeta azul tiene más cambios en su órbita, también conocidos como excentricidad. Tenemos una cada 100.000 años, y otra de 41.000 años cuando cambia la inclinación del eje de la Tierra en relación con el Sol. La acabamos de tener y cambió el eje de este a oeste. A estos cuatro movimientos añadamos que en 1891 Seth Carlo Chandler descubrió una nueva irregularidad en la oscilación del eje de la Tierra. Este nuevo movimiento, conocido como el “bamboleo de Chandler”, se produce cada 21.000 años. Es un movimiento oscilatorio del eje de la Tierra que lo desplaza hasta 9 metros de la posición que tenía.
 Estas informaciones, ya comprobadas y demostradas hace tiempo, indican que hay más factores que influyen en el clima, y no sólo los que utilizábamos hasta ahora, incluidos los antropogénicos, lo que exige revisar los modelos de predicción a medio y largo plazo del cambio climático. Deseo que el COP24 (propiciado por la ONU y la Agencia Mundial de Meteorología) que se celebrará este año en Katowice (Polonia) lo tenga en cuenta.

miércoles, 16 de mayo de 2018

Antes del inicio del Universo, ¿la nada? - Before the beginning of the Universe, nothing?

Hace unos 13.800 millones de años existía un pequeño punto increíblemente denso y caliente. En él convivían materia y antimateria (energía y antienergía). ¿Cómo?, la explicación más plausible es que existía una fuerza, posiblemente cuántica, que las mantenía separadas, de lo contrario se destruirían, hasta que fue tan fuerte que explosionó, y empezó a expandirse de una forma vertiginosa la materia, que es lo que conocemos. Todas las observaciones conducen a esta opción expansiva. La lógica nos indica que otra explosión, o la misma, afectó a la antimateria, que también se expandió rápidamente. La materia que forma nuestro Universo continúa hoy expandiéndose a un ritmo mucho más rápido que entonces. Los elementos más pequeños dieron lugar a los átomos, que con el tiempo formaron las estrellas y las galaxias, formación que aún podemos ver que se está produciendo. Esta explosión singular, o “singularidad” como es conocida, es lo que llamamos Big Bang. Es de suponer que la antimateria sufriría una evolución parecida, lo que no quiere decir semejante ni por lo tanto igual, y que se seguirá expandiendo, puesto que en el CERN ha demostrado que existe la misma cantidad de materia que de antimateria.
Georges Lemaître sostuvo en un artículo del 9-05-1932 de Nature, "El comienzo del mundo desde el punto de vista de la teoría cuántica", que si el Universo está en expansión, en el pasado debería haber ocupado un espacio cada vez más pequeño, hasta que, en algún momento original, todo el universo se encontraría concentrado en una especie de "átomo primitivo", lo que conocemos como “singularidad”. Fue cuando se originó el tiempo y el espacio. Aunque la “nada” tuvo que existir antes y existe ahora fuera de nuestro universo, cualquier otra opción nos conduce a lo improbable o no demostrable, ya que la física es agnóstica. Algo aclara Lemaître en una entrevista concedida al periódico The New York Times: "Yo me interesaba por la verdad desde el punto de vista de la salvación y desde el punto de vista de la certeza científica. Me parecía que los dos caminos conducen a la verdad, y decidí seguir ambos. Nada en mi vida profesional, ni en lo que he encontrado en la ciencia y en la religión, me ha inducido jamás a cambiar de opinión".

miércoles, 9 de mayo de 2018

Plásticos - Plastics

Lo último en denuncias contra el medio ambiente se está produciendo con bastante intensidad por el daño causado por los plásticos. La más reciente es la detección de micro plásticos en el Ártico, 12.000 partículas por litro, siendo el 67% de 11 milésimas de milímetro. En realidad, en montes, mares, ríos, campo y ciudad encontramos bolsas de plástico "indestructibles", es decir que tardan años en degradarse y desparecer. Lo más grave es que muchos animales, terrestres y marinos las comen pensando que son alimentos. 
España suprimirá en 2020 las bolsas de plástico y en algunos comercios ya se prepararon para no utilizarlas. Que existen bolsas reciclables, hace años que lo sabemos, también que existen bacterias que las “comen”. Aunque hay más, la empresa Symphony Environmental Limited (RU) ha desarrollado una solución práctica, innovadora y segura, son líderes mundiales en tecnologías de plástico oxo-biodegradables (vida controlada) y antimicrobianas. Es un sistema que soluciona los problemas ambientales que causan los millones de toneladas de desperdicio plástico en el mundo, consiguiendo que los productos conserven todas las cualidades dinámicas de los plásticos convencionales: resistencia, claridad, sellabilidad, permeabilidad y printabilidad, no necesitando un ambiente biológicamente activo para comenzar a degradarse cuando se abandona el plástico. 
Lo último, en abril de 2018, por investigadores de la Universidad de Portsmouth (RU) y del Departamento de Energía de EEUU, donde han desarrollado una enzima, un complejo proteico que cataliza una reacción química capaz de digerir el tereftalato de polietileno (PET), el componente básico de muchos envases de plástico, y que puede servir para construir un “fábrica” que elimine el plástico.
Casi todo se dirige contra la bolsa de plástico. ¿Por qué?, ¿no existen botellas, envoltorios de diferentes tipos, incluidos los plásticos de los medicamentos, en electrónica, agricultura, en coches y camiones…? No quiero pensar que detrás existe un negocio. Si se suprimen, ¿cuántas empresas cerrarán, y millones de empleados incrementarán el paro?, ¿lo sustituimos por papel y talamos árboles desertizando? Hay soluciones, apliquémoslas y no degrademos más.

martes, 1 de mayo de 2018

¿Hay que asustar al ciudadano? - Should we scare the citizen?

La “Guerra fría” generó tensiones y conflictos que estuvieron muy cerca de desencadenar una guerra nuclear y creó una paz inestable entre las grandes naciones. Los acuerdos alcanzados garantizaron la estabilidad y el desarrollo que tenemos, aunque sabemos que los bloques siguen manteniendo “cabezas nucleares” con la posibilidad de actuación inmediata y son miles las que existen.
 En la Revista Academia y Negocios RAN (Linkedin) se publica un artículo sobre Inteligencia Artificial (IA), que sigue los pasos del directo de Tesla sobre lo que pueden hacer los futuros y más inteligentes robots. Uno de los autores del trabajo, Andrew Lohn, escribe: “La conexión entre la guerra nuclear y la inteligencia artificial no es nueva, de hecho ambas tienen una historia entrelazada… Puede haber presión para usar IA antes de que esté tecnológicamente madura (...), mantener la estabilidad estratégica en las próximas décadas puede ser extremadamente difícil y todas las potencias nucleares deben participar en el cultivo de instituciones para ayudar a riesgo”. El otro coautor, Edward Geist, dijo: “Gran parte del desarrollo inicial de la IA se hizo en apoyo de los esfuerzos militares (…). La conexión entre la guerra nuclear y la inteligencia artificial no es nueva”. No son necesarios robots del 2040, lo mismo puede hacer cualquier persona.
 Simultáneamente cercenan la libertad en la vida humana. No es bueno tomar azúcar, así que los zumos sin azúcar; el tabaco mata aunque se puede fumar el algunos lugares; si no piensas como la ideología oficial, lo tienes crudo. Ahí no se aplica la libertad de expresión. Los gases de efecto invernadero (¿son nuevos?); la falta de comida (¿no la tiramos?); alusiones a que sobran miles de millones de personas; a que las aguas inundarán parte del Planeta... Interminables formas utilizadas para amedrentar, entre ellas las químicas y biológicas, tanto o más peligrosas que las nucleares.
 El Papa Francisco asevera: “La ciencia necesita un sentido de responsabilidad ética”. Lo que puede suceder en 2040 tecnológicamente o socialmente hay que afrontarlo con esa óptica y con la seguridad de que seremos capaces de reconducir los desafíos apocalípticos anunciados, aplicando cómo mínimo la ética y la moral natural.