En la revista científica The
Astrophysical Journal Letters (noviembre de 2011) el Dr. David Nesvorny del
Instituto de Investigación Southwest dice "tenemos todo tipo de pistas
sobre la evolución temprana del Sistema Solar" y añade "proceden del
análisis de la población trans-neptuniana de pequeños cuerpos conocida como
Cinturón de Kuiper, y del registro de cráteres lunares", todo ello dentro
de la explicación de la posibilidad de que el Sistema Solar puede haberse
desprendido de un planeta gigante y haber salvado a la Tierra, fue estudiando
lo que conocemos cómo el "salto" de Júpiter (cuando nuestro Sistema
Solar tenía sólo unos 6.000 años), para explicar este problema los astrónomos
presentaron una alternativa en la que la órbita de Júpiter se modificó y se
alejó de los dos gigantes Urano y Neptuno, al aplicar la teoría de la
perturbación gravitatoria de Le Verrier se comprobó que tenía que haber sido
expulsado alguno de ellos del Sistema Solar, lo que no sucedió. Nesvorny
realizó millones de simulaciones informáticas para encontrar la respuesta, si
efectivamente Júpiter saltó dispersando a sus dos vecinos gigantes -Saturno y
Urano-, uno de los dos tendría que haber sido expulsado del Sistema Solar,
"había algo claramente incorrecto" afirma el investigador, que en una
nueva investigación (Statistical Study of the Early Solar System's Instability
with 4, 5 and 6 Giant Planets publicado en arXiv.org
en abril 2012 conjuntamente con Alexandro Morbidelli) sugiere que un quinto
planeta gigante fue expulsado de nuestro sistema hace unos 4.000 millones de
años, lo que provocó que la Tierra estuviese "tranquila" y pudiese
continuar su "vida". Acaba de
publicarse en marzo de 2014 que el Sistema Solar tiene un nuevo miembro, el más
distante hallado hasta la fecha, más allá de los planetas conocida como nube de
Oort (Sedna tenía la órbita más lejana), y ha sido bautizado como 2012 VP113,
tiene unos 450km de ancho y es muy probable que esté helado, para ello dice
Scott Sheppard del Carnegie Institution for Science (Washington EEUU)
"Hemos estado usando una gran cámara en un telescopio de 4m en ALMA
(Atacama Large Millimeter/submillimeter Array en Chile)…nuestra observación
cubrió solo una pequeña zona del cielo… y prevemos, basados en este objeto, que
en todo el firmamento podríamos esperar encontrar 900 objetos de 1.000km o más
grandes … algunos de estos pueden ser más grandes que Plutón, incluso pueden
ser más grandes que Marte o la Tierra", habrá que indagar y quizás podemos
llevarnos alguna sorpresa.
La propia Tierra tiene un protección
especial, aunque existente también en los otros planetas en mayor o menor
grado, no con la potencia de la magnetosfera que se extiende en dirección al
Sol en la que se encuentran los cinturones de Van Allen que forman un escudo
que desvía la mayor parte del viento solar, actúan de acuerdo a la definición
de la fuerza de Lorentz o fuerza ejercida por el campo electromagnético que
recibe una partícula, en este caso electrones y protones, que al entrar en el
campo magnético los impulsa para que varíen la dirección de las partículas sin
afectar a su velocidad, desvía la mayor parte del viento solar con lo que la Tierra
prácticamente no se ve afectada por las
Eyecciones de Masa Coronal o "turbulencias solares". Desde
este año sabemos que no son dos los anillos de protección sino tres, éste
último llamado de los electrones asesinos que aparece cuando es necesario para
la protección del Planeta, en el momento que ya no es preciso desaparece y
aparecerá de nuevo en otra ocasión que vuelva a ser imprescindible. Por
supuesto tenemos el famoso campo donde se ubican los gases de efecto
invernadero que nos protegen de las radiaciones y no dejan escapar el calor y
absorben en gran parte los rayos infrarrojos, con lo que se mantiene la
temperatura adecuada para la vida.
Encontramos un cinturón secundario de
asteroides conocido con el nombre de NEA (Near-Earth Asteroids) o ATC
(Asteroides Cercanos a la Tierra) cuyo tamaño varía entre 1 m y 2.000 m, de los
que existen unos 4.000 clasificados en tres categorías Atones, Apolos y Amores,
siguiendo el nombre de cada prototipo (Atón, Apolo y Amor), a dos de ellos se enviaron
las sondas Eros por la NEAR Shoemaker de la NASA e Itokaw Hayabusa de la JAXA
(Japan Aerospace Exploration Agency). Potencialmente pueden impactar contra la
Tierra, aunque de momento los estudios realizados no prevén nada parecido.
Existen más cinturones, el primer
cinturón o "cinturón interior" -constituido por la mayor
concentración de asteroides del Sistema Solar- se encuentra separando los
llamados planetas menores o rocosos de los gigantes o gaseoso, lo podemos ver
entre las órbitas de Marte y Júpiter; es una región de 550 millones de
kilómetros en la que orbitan más de 18.000 asteroides de gas y polvo que
hubiesen formado un pequeño planeta que impidió la enorme masa de Júpiter 316
veces mayor que la de la Tierra -¿otra actuación de Júpiter de nuevo influyendo
en la supervivencia del Planeta Azul?-, destacan los asteroides Ceres, Palas,
Vesta, Higia, Davida, Juno y Cleopatra. Muchos fragmentos provenientes de
choques entre ellos, principalmente de Vesta, se han encontrado en la Tierra y
la Luna. Los datos de la sonda espacial Dawn han confirmado que Vesta es un
protoplaneta que ha sobrevivido desde la creación del Sistema Solar, y que la
mayor parte de los meteoritos que caen sobre la Tierra tiene su origen en este
asteroide.
Otro más lejano es el de los Troyanos
-el nombre se debe a que por convención cada miembro recibió el nombre de una
figura mitológica de la Guerra de Troya- generalmente se refieren a los
asteroides de Júpiter por estar la mayoría (aproximadamente 1.000.000 de más de
1 Km) situados en dos nubes, una que gira 60° por delante de Júpiter en el
plano de su órbita, y la otra 60° por detrás, aunque también se han hallado
algunos en las órbitas de Marte, de Neptuno y la Tierra cómo ya se ha dicho. De
todos modos no es tan densa cómo podría pensarse cómo se ha visto en las naves
que lo han pasado en las diferentes misiones que se han enviado al espacio.
El ultimo es el Cinturón de Kuiper (KBO
Kuiper Belt Objects) o TNO (Trans Neptunian Objects), formado por un conjunto
de cuerpos y cometas que orbitan a unos 150.000.000 Km (30-50UA, 1UA =
149.597.870,7 Km) del Sol. Se han detectado más de 800 objetos destacan Plutón,
Eris (29 de julio de 2005), Makemake, Haumea, Sedna, 2007 OR10, Quaoar, and
Orcus. Cinco de ellos tienen lunas
Nos encontramos después con unas
características extrañas en el bien llamado "Acantilado de Kuiper",
ubicado a 50 UA - que pueden indicar la presencia de otro gran cuerpo
planetario girando alrededor del Sol más allá del Cinturón de Kuiper con el 30-70% de la masa de la Tierra a unos 100-200
UA, objeto que Patryk Lykawka y Tadashi Mukai, de la Universidad de Kobe
(Japón) creen que existe, y podría ser una explicación a la brusquedad con la
que desaparece el cinturón de Kuiper. Lo más lógica sería la existencia de un
planeta con una masa suficientemente grande como para atraer con su gravedad a
todos los objetos de su órbita, sería el tan buscado y famoso Planeta X (¿el
expulsado por Júpiter?). Más allá está la Nube de Oort que contiene miles de
cometas, es una hipotética (no observada directamente) nube esférica de cometas
y asteroides que se encuentra en los límites del Sistema Solar, casi a un año
luz del Sol, y aproximadamente a un cuarto de distancia de Próxima Centauri, la
estrella más cercana a nuestro sistema solar. También en 1984 se produjo el
descubrimiento de una enana marrón (estrella "fallida" que contiene
los mismos materiales que una estrella como el sol, pero no hay fusión
termonuclear) en la región exterior del Sistema Solar por parte del telescopio
IRAS, lo que viene a indicar que con mucha probabilidad al inicio pudimos ser
un Sistema binario fallido.
La gran protección del Sistema Solar la
tenemos con la heliosfera y su inmensa
cola que conocemos gracias a la naves Voyager e IBEX (Interstellar Boundary
Explorer) de la NASA que tiene diferentes elementos electromagnéticos de
protección (The American Journal of Science), el campo electromagnético solar
varía en esa zona, sus líneas se separan y acaban siendo discontinuas lo que da
lugar a la formación de un "mar de burbujas", en palabras Merav Opher
de la Universidad de Boston, que protegen al Sistema Solar de los rayos
cósmicos, así atraviesen lentamente el "mar de burbujas" y accedan a
la líneas del campo magnético que se conectan al Sol y son expulsados al
exterior, más adelante y antes de entrar en la cola existen "pasillos
magnéticos" que dan la impresión que están para poner trabas a que se
introduzcan elementos ajenos a nuestro Sistema Solar. La realidad la tienen y
trasmitieron Voyager I y II, cuando toda
la información se analicé y sea publica las incógnitas actuales se reducirán
considerablemente, como ha dicho Ed Stone científico del centro de control del
Jet Propulsion Laboratory (JPL)-Institute of Technology de California- "No
deberíamos esperar mucho para averiguar cómo es de verdad el espacio entre las
estrellas", y también nuevos
descubrimientos y mayor conocimiento de nuestro entorno, y más preguntas a las
que tenemos que responder, ¿Qué sucede entre los TNO?, ¿Se ha detectado el noveno
planeta?, ¿Que pasa en el acantilado de Kuiper y la Nube de Oort?¿Por qué no
retorna el viento solar?.
Para finalizar hay que citar la "La
Teoría de la Tierra Rara" que surgió del libro de Peter Ward "Rare
Earth: Why Complex Life Is Uncommon in the Universe" en el año 2000
escrito por el paleontólogo y biólogo Peter Ward la que se adhirió el
astrofísico Donald Brownlee investigador de la NASA en la misión Stardust,
ambos de la University of Washington (Seattle), que resumiendo dice que la vida
surgió de un cúmulo de casualidades en donde el agua, la temperatura, la
atmósfera con la protección que nos da y desvía las radiaciones cósmicas, la
Luna suficientemente grande para tener influencia en la Tierra y no afectar a
la inclinación del eje que haría la vida imposible, y tener cerca un gigante
gaseoso cómo Júpiter, que vuelve aparecer cómo un planeta que tiene el tamaño y
la distancia justa para atrapar asteroides y meteoros que impactarían en la
Tierra, lo que la haría única en el Universo. Esta teoría se apoya en la
paradoja de Enrico Fermí cuando estudia la ecuación de Drake que prevé un gran
número de posibilidades de vida en el Universo, Fermi encuentra contradictorio
la alta probabilidad de no estar solos en el Universo y la ausencia de
cualquier signo o rastro de vida extraterrestre, sin olvidarnos de la última
teoría la de la "chispa eléctrica" en JPL creen que la clave para
resolver el enigma se encuentra en las llamadas células o pilas de combustible,
"Algo sobre la Tierra provocó el «chispazo» que llevó a la vida, y creemos
que un factor importante fue que el planeta proporciona energía eléctrica en el
fondo del mar", ha señalado Laurie Barge, autora principal del trabajo
publicado en la revista Astrobiology,
cómo una Celda de Combustible Microbiana (CCM) o también Celda de
Combustible Biológica (CCB) que transforma la energía química mediante un
microbio o bacteria en electricidad. ¿Nos encontramos con otro Big Bang del la
vida?.
Claro que la aparición de moléculas,
exoplanetas en diferentes lugares del Universo, y últimamente estrellas con
composición semejante a nuestro Sol, y agua en la siempre enigmática Europa o
en Ceres cuestionan toda esta teoría y abren la puerta a la existencia de otros
"planetas azules", ¿tendrían los sistemas en los que se encuentran
unas características "protectoras" semejantes a nuestro Planeta
Azul?.