sábado, 11 de enero de 2014

Caminando hacia la vida - Walking towards the life

Desde el Big Bang el Universo siempre creció, transformándose al atraer los elementos más poderosos a los más débiles, e incluso llegando a "comer" a las galaxias cercanas, de una de estas "luchas" surgió hace 13,2 mil millones de años nuestra Vía Láctea con más de 300.000 millones de sistemas de estrellas con sus planetas, uno de ellos nuestro Sistema Solar que es uno de los pocos miles con posibilidades de que en su entorno exista vida por lo que sabemos al día de hoy.

Con anterioridad el plasma de hidrógeno, helio y elementos metalizados agrupados en millones de lugares se vieron involucrados por las fuerzas nuclear débil y fuerte, la electromagnética y la gravitacional (se desconoce lo que pudo influir la energía oscura) que los comprimieron intensamente hasta alcanzar temperaturas que permitieron la fusión nuclear y convertirse en estrellas. Parte del plasma, polvo, objetos rocosos y hielo, llamados planetesimales, no quedaron atrapados dentro de la estrella, y formaron alrededor de cada una el disco circumestelar, una pequeñísima parte aún lo encontramos en nuestro Sistema Solar en el Cinturón de Asteroides -entre Marte y Jupiter- con más de 20.000 y el el Cinturón de Kuiper con más de 800. El Sistema Solar tal cómo lo conocemos hoy se formó transcurridos 100 millones de años. Lentamente las fuerzas  nucleares actuaron sobre el disco circumestelar agrupando los elementos gaseosos y metalizados, produciendo un "caos" que se tradujo en choques, agrupaciones y absorciones que generaron los planetas y sus lunas o satélites, probablemente la Luna es el resultado del impacto de un meteorito con la Tierra. Posteriormente las fuerzas electromagnéticas y gravitacionales fueron las que alejaron a los planetesimales del Sol, la gran masa solar con su poder de atracción no permitió alejarse a los más pesados y rocosos, que conjuntamente con el gas y el polvo formaron los planetas más cercanos: Mercurio, Venus, Tierra y Marte, el plasma más ligero pudo alcanzar mayor distancia formando los grandes planetas gaseosos: Jupiter, Saturno y Neptuno.

El paso siguiente fue el ajuste de las órbitas alrededor del Sol, el más significativo el reajuste orbital del gigante Jupiter tuvo lugar cuando el Sistema Solar tenía sólo unos 6.000 años, es conocido cómo "salto" de Júpiter. David Nesvorny del Southwest Research Institute (Colorado) realizó millones de simulaciones informáticas para encontrar una respuesta a este fenómeno que resumió en artículo publicado en The Astrophysical Journal Letters "Mean motion resonances in trans-neptunian region", las resonancias de Jupiter, Urano, Neptuno e incluso Plutón indicaban que si Júpiter "saltó" dispersando a los gigantes Urano y Neptuno, uno de los dos tendría que haber sido expulsado del Sistema Solar, algo que no ocurrió, "había algo claramente incorrecto", la explicación más lógica es que el Sistema Solar tuvo que desprenderse de un planeta gigante, lo que habría salvado a la Tierra, en abril de 2012 se publica en arXiv.org que hace unos 4.000 millones de años un quinto planeta gigante fue expulsado de nuestro sistema.

El resultado permitió que la Tierra tuviera unas condiciones que permitieron el desarrollo de la vida, aunque esté en discusión si ha venido del exterior, la llamada Panspermia o la teoría publicada en 2010 en "Journal of Cosmology" por físicos japoneses de la Universidad Kioto que dice que desde la Tierra surgió la vida hacia el Universo tras el impacto de asteroides en la Tierra recientemente confirmado por un equipo internacional que publica en "Astrobiology" que unos 200 millones meteoritos salidos de la Tierra impactaron en los satélites o lunas de Saturno: Titán y Encelado, y los de Júpiter: Io, Europa, Ganímedes y Calisto, y con alguna probabilidad mas allá de nuestro Sistema Solar; en sentido contrario investigaciones publicadas en marzo de 2012 por la NASA en los que se recrea las condiciones de los cometas cuando bombardearon la Tierra, los aminoácidos no sólo no se destruyen, sino que comienzan a formar pépticos, lo que reafirma la hipótesis de la Panspermia que expuso por primera vez el filosofo griego Anaxágoras.


O la nueva teoría de de que fue nuestro Planeta Azul el que al expandió a través de los más de 200 millones meteoritos que tras chocar la Tierra impactaron en los satélites o lunas de Saturno: Titán y Encelado, y los de Júpiter: Io, Europa, Ganímedes y Calisto, y con posibilidades de que alcanzase el exterior del Sistema Solar.

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