martes, 5 de abril de 2016

Cambio de clima repentino o abrupto - The change of sudden or abrupt climate

El clima que estamos viviendo no es nuevo, es un cambio abrupto que tiene lugar durante un período geológicamente corto de unas décadas o menos. Sus causas son múltiples y no son anormales. Como las anginas de pecho o los infartos, algunos cambios bruscos pasan desapercibidos; otros son catastróficos, sin que se puedan predecir cómo ni cuándo ya que se producen por una conjunción de hechos climáticos.
Desde 1976 hemos tenido varios cambios bruscos e inesperados; conocemos algunas causas, como la modificación de la circulación del agua salada que en los océanos producen corrientes en las aguas profundas y corrientes superficiales que modifican los patrones establecidos en un clima normal. Un ejemplo lo tenemos en "El Niño" o "La Niña", que han durado desde 1997 el doble de lo que sucedía desde 1950, donde a “El Niño” corto y débil le sucedía “La Niña” de larga duración; lo contrario ha sucedido con “El Niño” desde 2014, que coincidió con el fin de actividad solar de 11 años (con gran actividad, se produjeron llamaradas de X4 y alguna a X9), continuando con una virulencia anormal al finalizar el ciclo.


Coincidió con la Oscilación del Atlántico Norte, que finalizó en enero, cuyos efectos impidieron la llegada de las borrascas a la Península Ibérica. El cambio de circulación en el Pacífico occidental, que ya había demostrado su potencial en la variación climática y que ha reforzado “El Niño”. También afectó el mar Labrador cerrado durante 10 años, y cuyas consecuencias de circulación marina modificaron las del Atlántico meridional, que con la Oscilación del Atlántico Norte influyen en la Corriente del Golfo, cuyas consecuencias vivimos, reflejándose en el Ártico y Groenlandia, aunque menos que en 2005 o 2011.



Sin olvidar los "incendios controlados y locales” en la selva del Amazonas, ejemplos contrastados de cambio del clima en 1998, 2005, y 2007, cada vez con mayor área quemada y que seguimos sufriendo. Se está estudiando la relación del huracán Katrina del 21-30 de agosto del 2005 de categoría 5 (EHSS-escala Saffir-Simpson), y si el fuego amazónico tuvo que ver con la potencia y cambio de rumbo del huracán. Sin obviar las causas humanas productoras del CO2, el inexplicable incremento del metano o el NO2.

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