La vida y muerte de Jesús de Nazaret es real, y comprobados los fenómenos que sucedieron cuando expiró en la cruz. En 2016 su mensaje sigue vivo, y en muchos países asiáticos y africanos mueren sólo por ser seguidores decenas de miles de personas, y millones de personas se declaran cristianas en todo el mundo. A sus seguidores, e incluso manipulando su mensaje, se les persigue con odio y rencor por todos los medios. Cierto que a lo largo de estos 2.000 años son decenas de miles los que en su nombre mataron a creyentes y no creyentes, que en la cabeza hubo papas asesinos y sacrílegos, que científicos cómo Galileo, Copérnico e incluso Teresa de Jesús y Juan de la Cruz, elevados a los altares, tuvieron problemas, sin olvidar los abusos sexuales, simonía y pederastia.
Fue un adelantado en la libertad, igualdad, solidaridad y amor al prójimo, por lo que fue criticado y crucificado. Aún hoy genera pasión y odio que lleva más allá de lo que se podría esperar de los que no creen en Él. Lo mismo sucedió durante el Imperio Romano, en donde fueron perseguidos y masacrados en diez ocasiones. Recordemos que al pie de la cruz sólo había un hombre, Juan, las otras eran tres mujeres; los demás, con miedo, estaban escondidos. Fueron mujeres las que comprobaron que la losa de la tumba estaba abierta, los soldados romanos habían huido (hecho rarísimo en soldados curtidos); fueron mujeres las primeras que dieron la noticia de su Resurrección. Sus seguidores sólo reaccionaron días después de que Él estuviese con ellos. Lo hicieron de forma “singular” pues 12 hombres incultos difundieron por el mundo su mensaje que sigue vivo, y no ha sido superado por ninguno otro en la historia.
El sociólogo agnóstico Léo Moulin escribió: “Haced caso a este viejo incrédulo que sabe lo que dice: la obra maestra de la propaganda anticristiana… a menudo es cierto…, tras un balance de veinte siglos de cristianismo, las luces prevalecen ampliamente sobre las tinieblas. Luego ¿por qué no pedís cuentas a quienes os las piden a vosotros? ¿Acaso han sido mejores los resultados de los que han venido después?” Y I Corintios 15-14: “Y si no resucitó Cristo, vacía es nuestra predicación, vacía también vuestra fe”. Sí resucitó, cambiemos el mundo con su mensaje de amor y libertad.
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