miércoles, 23 de noviembre de 2016

Humanos, humanoides o robots - Humanos, humanoids or robots

No es ciencia ficción, aunque ésta se ha adelantado en muchas ocasiones a la realidad. En la última década del siglo XX, en laboratorios japoneses se intentaba alcanzar mayor rapidez en los procesadores de los computadores y se hicieron pruebas con procesadores Intel, usados en aquella época con neuronas de ratones. Por razones que desconozco no se volvió a hablar del tema, lo que sí sabemos es que con la IA (Inteligencia Artificial) se han dado pasos de conexiones genéticas y neuronales agrupándolas en lo que conocemos cómo ingeniería genética, o robótica, llegando a que la identificación de formas geométricas sea un hecho. Queda aún un largo camino por recorrer en la percepción y en la correcta identificación de todos los objetos, aunque los avances son muy grandes y tenemos cercano el momento en que así sea. Existen robots que tienen sentimientos e incluso practican sexo con seres humanos, y hacen el cubo de Rubik en 0,637 segundos. Los sentimientos están muy conseguidos, aunque no pueden alcanzar la profundidad y la amplitud de la percepción y creatividad humana, como escribir un poema o pintar. ¿Quizás en 20 años? 
¿Hasta dónde se llegará? En los inicios de este siglo dije que se nos presenta un problema moral, ético y de evolución, lo que no debemos descartar es que humanoides o robots no sean otra forma de evolución humana.
Me viene a la memoria “Un mundo feliz”, de Aldous Huxley, que describe una tecnología reproductiva, cultivos humanos e hipnopedia (educación a través del sueño) que cambian radicalmente la sociedad. Lo que en 1932 parecía utópico, en donde la diferencias sociales (las castas: Alfas, Betas, Gammas, Deltas y Epsilon, comparables a humanos, humanoides o robots) eran profundas, ahora ya las estamos viviendo. No se pueden poner cercos al mar, pero cómo dice Huxley: “Nada se puede alcanzar sin constancia… Pero yo no quiero la comodidad. Yo quiero a Dios, quiero la poesía, quiero el verdadero riesgo, quiero la libertad, quiero la bondad”. El hombre tiene capacidades que aún no ha explotado y que pueden conducirnos por caminos evolutivos que no podemos vislumbrar, y eso que Stephen Hawking ha dicho: “El desarrollo de la inteligencia artificial podría significar el fin de la raza humana“.

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