Interpretaciones de Mayas, Asirios, Sumerios, Nostradamus, NWO (New World Order), teorías de conspiración, incluso difundidas en algunas novelas que fueron "best sellers", falsos informes atribuidos a la NASA, han inducido a predecir que el 21-12-2012 será el último de la Tierra. No sucederá, cómo todos los años tendremos el solsticio de invierno y también cómo siempre la Tierra y el Sol se alinearán con el centro de la Vía Láctea, en donde se encuentra el agujero negro Sagitario A, que actualmente está en plena actividad emitiendo grandes cantidades de rayos X, consecuencia de que absorbe materia con inusitada voracidad. Excepcionalmente este año en esa fecha la Tierra con los otros Planetas, el Sol y el agujero negro estarán alineados, es decir que todos las órbitas de los planetas del sistema Solar y nuestra estrella compartirán aproximadamente el mismo plano de la eclíptica con el agujero negro que está a 27 mil años luz de la Tierra, unos 256.000 billones Km.
Esta alineación ocurre cuando el Sol al trasladarse alrededor de la Vía Láctea pasa por el Ecuador Galáctico, camino que inició en 1998 y terminará en 2018, estamos por lo tanto entrando en un nuevo Hemisferio Galáctico. No es la primera vez que el Sol pasa por el Ecuador Galáctico y se alinean los planetas -sí en la historia de la humanidad- y no hay constancia de que hubiese algún suceso extraordinario en la vida de la Tierra. Nos encontramos en la mitad del camino, sabemos que se producirá una inversión de los polos magnéticos del Sol incrementándose su actividad solar, que reforzará la que estamos pasando que entra en su 24º período máximo a finales de este año y principios del 2013 -incluso la International Space Station ha girado para observar mejor el Sol-, todo ello ocasionará durante los próximos meses eyecciones solares que darán origen a vientos o tormentas solares que llegarán a la Tierra, que está protegida por la Magnetoesfera que se extiende 60.000 Km en la dirección del Sol, dentro de ella se encuentra otra protección -los cinturones de Van Allen (1.000-5.000 Km y 15.000-20.000 Km)-, formando un escudo protector que desvía la mayor parte de este viento solar cómo describe la fuerza de Lorentz (fuerza ejercida por el campo electromagnético que recibe una partícula, en este caso electrones y protones, que hace que cambie la dirección).
La llamaradas o tormentas solares tienen una escala que va precedidas de una letra A, B, C, M y X, de menor a mayor intensidad, seguidas de un número del 1 al 9. Justo estamos en el punto álgido de eyecciones de masa solar -CME (Coronal Mass Ejection- una tormenta importante tuvo lugar 5 de Marzo 2012, fue de X5 y surgió de la mancha solar 1429, el 23 de octubre ocurrió la de mayor intensidad en este año, fue X8,1, anteriormente las del mes de enero fueron clase M (la del 29 M3, y la del 24 de M8,7 muy cerca de la intensidad máxima) provocadas por la mancha solar 1401. Actualmente las que están llegando son las de la mancha 1504, de ésta y de otras tendremos varias en los próximos años, para ir decreciendo hasta el año 2019, iniciándose un nuevo ciclo. Las últimas eyecciones, dos seguidas, tuvieron lugar el 16 noviembre, pero no surgieron en la dirección de la Tierra. El viento solar tarda en llegar a la tierra entre 24 y 36 horas, alcanzando en sus proximidades una velocidad media de unos 500 Km/s -la máxima puede ser de 1.900 Km/s-, las velocidades con las que están llegando actualmente están entre los 1.400 y los 1.700 Km/s.
Una actividad solar similar a la actual tuvo lugar en 1859, detectada por el astrónomo Richard Carrington, que es la primera noticia registrada de una eyección solar. En las Navidades del año 2006 tuvimos una tormenta solar de intensidad X9 -la de mayor magnitud- que dejó fuera de servicio los dispositivos GPS a nivel mundial durante 10 minutos, además de dañar el satélite GOES 13, generador de imágenes. La cantidad de protones que se detecta son los mayores de lo últimos años, años, y según ESA (European Space Agency - Agencia Europea Espacial) similares a la ya mencionada de Navidades de 2006.
Ni telescópicos terrestres, ni sondas espaciales han detectado ningún cometa, asteroide, planeta y menos una galaxia que pueda amenazar ese día a la Tierra, salvo que surgiendo del fin del Universo o del más cercano acantilado de Kuiper -a una velocidad inimaginable- "algo" acabe con el hermoso Planeta Azul, sí se incrementarán y podremos gozar de hermosas auroras boreales y australes consecuencia de la actividad solar.
Ahora al asteroide 2087 conocido cómo Kochera con órbita de 3,28 años -del cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter- se la atribuye un impacto letal en el año 2087, ¿Por qué no el asteroide 9007 llamado James Bond en el 9007?.
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