Con un argumento similar al utilizado en los noventa para modificarlas y firmar el Pacto de Toledo, el Gobierno quiere cambiar el sistema de pensiones, eso sí, una vez leído el informe de los expertos que emitieron hace unos meses. El globo sonda lanzado volvió a funcionar; en aquel momento se barajaron varias opciones para la disminución de lo que va a percibir un jubilado, ahora hablan inicialmente sólo de una, 'la esperanza de vida', acompañada de un razonamiento irrebatible: seguir así implicaría que con las mismas aportaciones se recibirían cantidades diferentes. La igualdad asegurada, y el pensionista en lugar de recibir al menos lo mismo todos los años, irá recibiendo menos a medida que se vaya haciendo mayor, con el fin de que cuando uno muera reciba lo mismo que otro muerto algún año antes o del que morirá poco después.
Cierto que para ser más ecuánimes, en la misma reforma aseguraran la no congelación o lo que llaman “valor nominal de la pensión”. El poder adquisitivo está obviado, porque iría contra el principio de disminución por longevidad, por eso es muy posible, según se baraja, que se cree un 'IPC para jubilados', de esa forma seguiríamos la 'recomendación' de Bruselas de desindexar (hermosa palabra) las pensiones del IPC. Realmente, si contemplamos todas las acciones en conjunto se va a realizar lo que el comité de expertos dijo en su informe y lo que la UE pide, el resto es endulzar la modificación con la longevidad e igualdad, que es muy vendible. Veo algo que me preocupa, si el Gobierno dice que a lo largo de la vida las aportaciones son las mismas, ¿supone que no hay 'carreras' en la empresa o en la administración, no teniendo en cuenta que se pueda ascender e incluso cotizar por más de lo que se va a percibir? Admitamos que todo es correcto por lo que llaman 'factor de equidad', lo preocupante es que con eso sólo dicen que 'intentarán' mantener el sistema de pensiones.
¿No es hora de que se toquen otros recursos y pongan en marcha otras acciones? Vuelven a pagar otra vez los mismos. Dejémonos de soluciones demagógicas y afrontemos la realidad, hablemos con palabras que el ciudadano entienda, dediquemos el poco dinero que podamos tener al bien del pueblo, no vayamos desmontando la sociedad de bienestar mientras se dedican ingentes cantidades de dinero a 'fondo perdido' a ciertas entidades públicas y privadas con problemas de gestión. Hay que hablar claro y dejarse de eufemismos, o vamos hacer buenas las palabras de Mijail Bakunin: 'Hasta en las democracias más puras, como los Estados Unidos y Suiza, una minoría privilegiada detenta el poder contra la mayoría esclavizada'.
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