martes, 27 de agosto de 2013

Sólo nos acordamos cuando truena - Only we remember when it thunders


La ciudad de Ourense  volvió a verse cercada por el fuego que arrasó varias decenas de hectáreas de las parroquias de Velle-A Lonia y Cudeiro el miércoles 21 de este mes de agosto, el año pasado sucedió algo similar con incendios en otras cercanas a la capital,  continuación de los incendios que tuvieron lugar en diferentes lugares de la provincia, la mayoría de ellos intencionados y con varios focos cómo es habitual, cada se producen  más cerca de zonas habitadas, algunos reiterativos cómo en Vilamarín que el jueves 22 tuvo el cuarto en la semana en una zona próxima a la iglesia de Pazos do Monte, con el de Cualedro y el del bosque cercano a Lais los dos el sábado llegamos a 152 en la provincia en cinco días. Se ha alcanzado casi el punto máximo al pasar de atentar contra el medio ambiente a ser un peligro real para las casas, monumentos, y lo que es gravísimo las personas y animales, sin contar los problemas que causan al afectar a las línea eléctricas y telefónicas. Lógicamente en estos momentos la indignación, que comparto, es muy grande y reclamando soluciones para esta lacra que se repite año tras año desde hace décadas. Los expertos han expuesto en varias ocasiones las causas y las soluciones, habrá que aplicarlas, es una demanda que estamos viviendo estos días en la calle, parques, bares, incluyendo las redes sociales.

No sólo cuando el fuego acucia debemos dirigir nuestra mirada al campo, tenemos que cuidar todo el año del sector agropecuario de la provincia, la recuperación del medio rural debe iniciarse urgentemente, la población envejece, las parroquias tienen cada vez menos moradores, estamos asistiendo a una sangrante emigración y una disminución de nacimientos alarmante. Paralelamente los terrenos cultivables disminuyen, los abundante pastizales  han desaparecido en la mayor parte de la provincia, nos quedan aún las zonas vinícolas y algunas producciones no extensivas e intensivas, estamos perdiendo productos que antes "inundaban" nuestros campos.

Es preciso que expertos multidisciplinares elaboren un "hoja de ruta" con la mirada puesta en lo mas inmediato para frenar lo que está sucediendo, incendios incluidos, y en el medio y largo plazo, que contemple antes de nada lo que el ciudadano piensa, ha llegado el momento de que en Ourense sean reales las palabras de una de las canciones de la Transición: "Habla pueblo habla, tuyo es el mañana, habla y no permitas , que roben tu palabra", hay que reaccionar o los que vienen detrás contemplaran un erial calcinado. Planificación que contemple continuar con lo que se está realizando que sea bueno y aprovechable, una industrialización de lo rural respetuosa con el medio ambiente, la potenciación de los polígonos industriales existentes, el biocombustible y la bioenergia en la que probablemente podemos ser competitivos, sin olvidar el sector turístico realzando  nuestra "marca" y las "virtudes" enológicas y gastronómicas, termales, de ocio, de descanso, etc... potenciando y promocionando la red de casas rurales, hostelería y la restauración. Recordemos que durante el último "puente" del 15 de agosto los hoteles de la capital alcanzaron el 75% de ocupación, y eso que teníamos alerta naranja por las temperaturas. Dando un paso adelante y afrontar la comercialización internacional de nuestros productos, tal cómo se está haciendo con fuerza en otras partes de Galicia, según los últimos datos nuestra Comunidad es la segunda, tras Madrid, que incrementó más las exportaciones en los primeros siete meses de 2013 con un 20% más que el año pasado, ¿cuanto corresponde a Ourense?, no mucho.

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