Las eléctricas no
están satisfechas y quieren volver a incrementar el recibo de la luz, la subida
del mes de abril no ha sido suficiente. El Gobierno, por medio del Ministro de
Industria, Energía y Turismo, ha dado a entender que el Plan de Renovables
2012-20 no es viable, y reiteró que de aplicarse lo que se pagó por la
instalación de la nueva potencia renovable a los proyectos con prima concedidos
entre 2005 y 2011, la subvención alcanzaría los 70.000 euros, cantidad que
todas sabemos que España no puede asumir en estos momentos, y menos repercutir
en el ciudadano.
Un componente
importante del coste energético es el llamado "peaje", que se
implantó para mantener las centrales térmicas a punto aunque no se estén usando,
las cuáles actúan cómo respaldo de los momentos en que las renovables fluctúan su
aportación a la red eléctrica o no están funcionando. Tenemos que añadir la
deuda que existe debido a las subvenciones que es de 23.312 millones de euros
–más del doble de los recortes de educación y sanidad-, ambas tienen un impacto
aproximado del 47% en el costo de la electricidad que consumimos. En el gráfico publicado
por al CNE (Comisión Nacional de Energía) se puede ver la diferencia con otros
países.
Este es el gran problema de la energía que producimos, y que hay que tener presente para no cometer el mismo error en el futuro. Necesitamos un plan
energético a precios competitivos con nuestro entorno, acorde con las
necesidades, contemplando el crecimiento de la demanda, la dependencia que
padecemos, y nuestras posibilidades reales de producción. Reitero que es
esencial para salir de la crisis, es una de las acciones más importantes del
Gobierno para enderezar la economía, consolidando el futuro para que nuestras empresas
tengan una energía competitiva que ayude a generar beneficios, y produzca
empleo sostenible que acabe con la precariedad actual. No esperemos para que
explote cómo el sistema financiero.
Ninguna fuente de
energía debe ser despreciable, desde la hidráulica -utilizándola también para
otros fines- pasando por la nuclear, eólica, solar, biomasa, sin olvidar el
hidrogeno y la producción de biocombustibles que permitirían una reactivación
de nuestra agricultura que recuperaría las tierras ahora estériles, lo que
redundará en la mejora del medio ambiente, paliándose simultáneamente el desvío
hacia la producción de biodiesel del girasol, maíz, trigo, y otros cereales que
se están cosechando en países del tercer mundo. Debemos ser conscientes que
parte del incremento de los precios de los productos agrícolas, por su escasez,
es debido a que las tierras de cultivo del esos países se han dedicado a
producir productos para biocombustibles.
El gobierno debe
escuchar a los científicos y técnicos, los nuevos estudios ponen en cuarentena
muchos "dogmas" que durante los últimos años había sobre las fuentes
energéticas, por ejemplo la energía eólica produce turbulencias, y un estudio
realizado por el Departamento de Ciencias Atmosféricas y Ambientales de la
Universidad de Albany (USA) desde el 2003 hasta 2011 -en una región de Texas en
la que se encuentran cuatro de los mayores parque eólicos del mundo- ha
comprobado que la tierra se calienta más en las áreas adyacentes a los parques
eólicos, incluyendo cambios en el clima local, resultados publicados en
"Nature Climate Change", donde los autores, cautos, advierten que no
se puede extrapolar a otras latitudes. Los embalses pueden ser provechosos e
incluso necesarios en algunos lugares, estudios referidos a otras fuentes de
energía también cuestionan lo que hasta ahora eran "verdades", seamos
prudentes y recordemos lo escrito por Jorge Santayana "Aquellos que no
recuerdan el pasado, están condenados a repetirlo" en su libro "La
razón en el sentido común":
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