sábado, 19 de mayo de 2012

Política energética real y sostenible


Las eléctricas no están satisfechas y quieren volver a incrementar el recibo de la luz, la subida del mes de abril no ha sido suficiente. El Gobierno, por medio del Ministro de Industria, Energía y Turismo, ha dado a entender que el Plan de Renovables 2012-20 no es viable, y reiteró que de aplicarse lo que se pagó por la instalación de la nueva potencia renovable a los proyectos con prima concedidos entre 2005 y 2011, la subvención alcanzaría los 70.000 euros, cantidad que todas sabemos que España no puede asumir en estos momentos, y menos repercutir en el ciudadano.

Un componente importante del coste energético es el llamado "peaje", que se implantó para mantener las centrales térmicas a punto aunque no se estén usando, las cuáles actúan cómo respaldo de los momentos en que las renovables fluctúan su aportación a la red eléctrica o no están funcionando. Tenemos que añadir la deuda que existe debido a las subvenciones que es de 23.312 millones de euros –más del doble de los recortes de educación y sanidad-, ambas tienen un impacto aproximado del 47% en el costo de la electricidad que consumimos. En el gráfico publicado por al CNE (Comisión Nacional de Energía) se puede ver la diferencia con otros países.
Este es el gran problema de la energía que producimos, y que hay que tener presente para no cometer el mismo error en el futuro. Necesitamos un plan energético a precios competitivos con nuestro entorno, acorde con las necesidades, contemplando el crecimiento de la demanda, la dependencia que padecemos, y nuestras posibilidades reales de producción. Reitero que es esencial para salir de la crisis, es una de las acciones más importantes del Gobierno para enderezar la economía, consolidando el futuro para que nuestras empresas tengan una energía competitiva que ayude a generar beneficios, y produzca empleo sostenible que acabe con la precariedad actual. No esperemos para que explote cómo el sistema financiero.

Ninguna fuente de energía debe ser despreciable, desde la hidráulica -utilizándola también para otros fines- pasando por la nuclear, eólica, solar, biomasa, sin olvidar el hidrogeno y la producción de biocombustibles que permitirían una reactivación de nuestra agricultura que recuperaría las tierras ahora estériles, lo que redundará en la mejora del medio ambiente, paliándose simultáneamente el desvío hacia la producción de biodiesel del girasol, maíz, trigo, y otros cereales que se están cosechando en países del tercer mundo. Debemos ser conscientes que parte del incremento de los precios de los productos agrícolas, por su escasez, es debido a que las tierras de cultivo del esos países se han dedicado a producir productos para biocombustibles.

El gobierno debe escuchar a los científicos y técnicos, los nuevos estudios ponen en cuarentena muchos "dogmas" que durante los últimos años había sobre las fuentes energéticas, por ejemplo la energía eólica produce turbulencias, y un estudio realizado por el Departamento de Ciencias Atmosféricas y Ambientales de la Universidad de Albany (USA) desde el 2003 hasta 2011 -en una región de Texas en la que se encuentran cuatro de los mayores parque eólicos del mundo- ha comprobado que la tierra se calienta más en las áreas adyacentes a los parques eólicos, incluyendo cambios en el clima local, resultados publicados en "Nature Climate Change", donde los autores, cautos, advierten que no se puede extrapolar a otras latitudes. Los embalses pueden ser provechosos e incluso necesarios en algunos lugares, estudios referidos a otras fuentes de energía también cuestionan lo que hasta ahora eran "verdades", seamos prudentes y recordemos lo escrito por Jorge Santayana "Aquellos que no recuerdan el pasado, están condenados a repetirlo" en su libro "La razón en el sentido común":

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