El mundo verde de los
bosques, montañas, jardines… existe principalmente por la clorofila que les da
el color, para que conjuntamente con el agua, la luz (fotones) y el CO2 puedan
los vegetales, terrestres y marinos vivir, y cumplir con la noble misión de
purificador de la atmósfera liberando oxigeno, es el proceso que conocemos como
fotosíntesis. De no existir alguno de los componentes habría que importarlos
del Universo para que nuestro planeta fuese habitable.
La cantidad del
perseguido CO2 se mantuvo casi constante hasta el año 1630, al menos con los
datos a los que he tenido acceso, el clima todos sabemos que paso por
diferentes fases de frío, calor, el incremento del dióxido de carbono se inicia
con el mínimo de Maunder de 1645 a 1715.
Se acaba de descubrir
-en el estudio conjunto de William
Metcalf y Wilfred van der Donk de la Universidad de Illinois publicado en
"Science"- que cuando el microbio Nitrosopumilus maritimus muere,
otros microbios marinos rompen el enlace carbono-fósforo del metilfosfonato
para comer el fósforo -elemento escaso en los océanos- proceso imprescindible
en la base del proceso de vida en el mar y que genera metano.
También contribuye al
efecto invernadero el vapor de agua, la NASA ha comprobado la altura que las
nubes en los últimos diez años han perdido un 1% de altura -de 30 a 40
metros- el descenso supone que la Tierra
se enfría (Geophysical Research Letters) lo que no es nada desdeñable, aunque
sólo se tienen datos de diez años.
Vapor de agua-Nubes
La humanidad también influye con dos
acciones de gran peso especifico, la contaminación, en especial del agua que
desemboca en el mar y es una de las causas del calentamiento de los océanos y
mares, conjuntamente con la variación de la explotación terrestre con la
emisión de metano en la combustión de la biomasa -incendios-, y de la variación
en las tierras cultivadas, cómo ha comprobado el estudio dirigido por Thomas
Blunier del Centre for Ice and Climate en el Instituto Niels Bohr (Universidad
de Copenhague), a lo que se tiene que añadir la deforestación, desertización,
las construcciones y cualquier acción
que modifique la superficie terrestre influyen en la reflexión y
refracción de las radiaciones solares, una parte son absorbidas por la corteza
terrestre, otra parte sirven también para mantener la temperatura al calentar
la atmósfera -el llamado "efecto invernadero" que mantiene la
temperatura adecuada para la vida-, cambios con mayor implicación en el Cambio
Climático que el CO2 y el metano.
Campos de trigo de
Tierra de Campos - España
En octubre 2012 se
presentó un estudio -en Angewandte Chemie- en el que colaboró el Consejo
Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) que desarrolla un nuevo
catalizador que permite la transformación CO2 en productos orgánicos aptos para
el uso industrial -convierte el CO2 en sililformiatos utilizados como materia
prima en síntesis orgánicas-, según Francisco Fernández-Álvarez (CSIC) “esta
investigación puede suponer un avance importante para la transformación de CO2
en productos de interés industrial".
Tanto el metano cómo
el CO2 son gases de efecto invernadero que cumplen funciones importantes para
dar vida en la Tierra, y para protegemos en la atmósfera, sólo el exceso tiene
incidencia en el Cambio Climático, y a estas alturas sabemos que no tienen la
influencia que se les ha atribuido, que contribuyen más la polución y los
cambios en las superficie terrestre. Para tener una visión completa creo que
habría que revisar las energías renovables, los últimos estudios, -con poco
tiempo para obtener conclusiones serias- apuntan que pueden producir alteraciones
en su entorno.
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