miércoles, 6 de junio de 2018

Bye bye normalidad, hello DCA - Bye bye normality, hello ABD(Acquired Brain Damage

Siendo el Daño Cerebral Adquirido (DCA), debido a la incidencia de ictus, la segunda causa de muerte en España y la primera entre las mujeres, es el gran desconocido. La razón no la sé, quizás porque los nombres de las asociaciones no llegan al público y sus agrupaciones tampoco, o no tienen un denominador común que sea conocido por las personas. ¡Haceos visibles! para que lo sepa la gente. Lo único cierto es que, así como otras grandes enfermedades son conocidas y detectadas la mayor parte de ellas en las revisiones médicas, el ictus se presenta sin avisar, no da señales con anterioridad, los que están al lado no lo saben, siendo los primeros minutos fundamentales. Los que han pasado por ello ahora lo entienden, y saben que su vida familiar ha cambiado radicalmente en el instante en que se produjo el ictus, derrame cerebral o ACV, que por todos esos nombres es conocido. Muchos no lo superan y en esos momentos, horas o días después fallecen. Los que sobreviven ya saben que ha llegado el DCA. O no. Quizá no se den cuenta que el DCA se ha instalado en sus vidas hasta meses después.
 Los síntomas que indican que se está produciendo suelen ser: dolor fuerte de cabeza, sensación repentina de debilidad y entumecimiento en grupos musculares (dificultad para mover un brazo o una pierna), boca torcida, no pronunciar palabras sencillas, problemas para entender y expresarse, pérdida parcial o total de visión, alteraciones de los sentidos (en especial del tacto), sensación de confusión y desorientación, vértigo, no coordinación de movimientos… muchos de ellos se dan simultáneamente. Al detectar algunos de estos síntomas se llama al 112 o 061, y después de cumplir los protocolos le envían una ambulancia: sólo se piensa en que se salve. 
Al retornar el enfermo a casa, los más allegados empiezan ver que “algo” ha cambiado. Pasan los días y van siendo conscientes de que la normalidad no volverá. El DCA aísla, salvo excepciones. ¿Son apestados los DCA, o es que carecemos de un sistema que los cuide aún en el siglo XXI? Sus vidas no serán las mismas. Mejorará con la ayuda de los especialistas, y la mayor parte de su entorno dirá en una mezcla de acto bienintencionado y de ignorancia que “lo encuentran mejor”. A sus allegados solo les queda decir “hello DCA”.

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