miércoles, 27 de junio de 2018

Vivir el presente y conseguir un buen futuro - Live the present and get a good future


Mi felicitación al Gobierno y a todos los que apoyaron el rescate del Aquarius, y mi solidaridad con los miles que en estos días se juegan la vida atravesando el estrecho de Gibraltar. No puedo decir que no haya que atenderlos con todo, son personas y también tendríamos que actuar en sus lugares de origen para proporcionarles agua, industria y medios para que alcancen nuestro nivel de vida, sin que me olvide de los españoles que se han jugado la vida en el mar, sin pensar en nada más que en salvar la vida de aquellos que corren peligro.

Siendo lo anterior indiscutible y que requiere nuestra acción inmediata me pregunto: ¿cuántos españoles con enfermedades incurables son tratados con el mismo empeño? Englobo cáncer, alzhéimer, párkinson, fibromialgia, daño cerebral adquirido (DCA), esclerosis lateral amiotrófica (ELA), enfermedad de Huntington (EH), atrofia muscular espinal (AME) y otras muchas enfermedades degenerativas que una vez detectadas y pasadas las primeras semanas son casi olvidadas. Solo hay que salir a la calle para ver la cantidad personas que las sufren y cuya única esperanza está en sus familiares más próximos, quienes lo perciben como si siguiesen viviendo en Esparta: la sociedad los olvida, aunque no los tira por el monte Taigeto, ¿o sí con la eutanasia?


¿No son prioritarias estas personas? Es inmediato prestarles atención; no servirá de nada hacerlo cuando estén muertos. ¿Los días del año que dedicamos a cada una de estas enfermedades sirven para paliar lo que sufren ellos y sus familiares más próximos? Meditemos y pensemos en la realidad de esas personas que caminan cada día por la calle tratando de llevar de la mejor manera posible y con discreción su sufrimiento crónico, en soledad, viendo que la enfermedad, en muchos casos, continúa evolucionando hacia un final a corto y medio plazo que significa la muerte, no por anunciada y esperada menos dolorosa. Personas que sufriendo son capaces de vivir, de reír, de gozar, disfrutando cada momento de la familia con la que viven, con muchos momentos malos, pero quieren seguir viviendo al lado de los suyos, a los que quieren con todas sus fuerzas y son correspondidos.

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