martes, 10 de julio de 2012

Tierra, Agua, Fuego y Aire

No creo que sea coincidencia que los cuatro elementos presocráticos tierra, agua, fuego y aire, elevados a básicos por Aristóteles, sean los mismos en culturas tan diferentes como la japonesa o la hindú, ni que incluso Hipócrates los utilizase para asimilarlos a los cuatro humores del cuerpo humano. Estos elementos, conjuntamente con el Sol, han sido fundamentales en el desarrollo de la humanidad, porque gracias a ellos podían, y podemos obtener lo que precisamos para vivir.

Sabemos que no son elementos simples, aunque siguen siendo importantes en la Tierra, tenemos que protegerlos de modo que el Planeta Azul sea habitable para nuestro descendientes, sin olvidar en ningún momento que los que habitamos ahora tenemos que vivir con la calidad que nuestra ciencia y tecnología nos proporcionan, teniendo muy presente que hay miles de millones a los que tenemos que transferir  tecnología para que alcancen este nivel de vida.

En estos días en que la ciencia está ocupada en la 'visualización' de una nueva partícula, en los medios de comunicación dan cobertura a la plaga habitual en esta época, los incendios. La respuesta más común es que las causas son muchas y complejas, posiblemente tengan razón, aunque me gustaría conocerlas todas incluidas las más complejas, y seguro que al margen de los descuidos, pirómanos y negocios nos llevaríamos alguna sorpresa. Tendrían que ser los expertos y técnicos los que hablasen o lo que ya han dicho y escrito se tuviese en cuenta.

Existen 'lobbies' que están detrás defendiendo intereses que poco tienen que ver con la naturaleza, cómo se ha publicado en diferentes medios de comunicación, y los hay en ambos bandos. El camino que nos ha conducido a esta situación no ha cambiado nada, los problemas que se querían solucionar siguen en el mismo estado, las medidas tomadas en las últimas décadas han servido de poco. Cómo hemos podido comprobar en Durban y Río de Janeiro la situación no ha variado mucho desde Kioto, es hora de plantearse qué hacer con los clásicos cuatro elementos tierra, agua, fuego y aire.

Desierto
Los nuevos descubrimientos, las mejoras introducidas, las tecnologías que se pueden aplicar siguen ahí, la mayor parte de las veces ignoradas o incluso denigradas. Para la combustión, a inicios de este año se publicó en la revista 'Science' que los birradicales Criegee son agentes oxidantes de productos cómo el dióxido de nitrógeno o el dióxido de azufre, por lo que podrían utilizarse para limpiar de forma natural la atmósfera. Obviamente es otro pequeño paso, pero que abre unas oportunidades de mejora del medio ambiente.

La agricultura de secano -el 87% en América del Sur, el 61% en Asia, y el 96 % del África subsahariana- es básica para la supervivencia de miles de millones de personas, también Europa y España la necesitan, aunque el agua, que no llega adecuadamente, es imprescindible para producir otro tipo de agricultura, la higiene y la salud. Tenemos que abrir la mente, ver más allá y tener en cuenta lo que la naturaleza hace, así mientras falta agua en muchos lugares de la Tierra, sería bueno que supiésemos que un sólo árbol pierde en evaporación 265 litros de agua al día, y que una hectárea de maíz evapora más de 30.000 litros de agua al día.

Cataratas de Iguazú

Tierra productiva, agua en todos los lugares, aire limpio, y menos fuego son objetivos que tecnológicamente podemos llegar a conseguir en este siglo XXI.

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